Familias y Menores: Temas Claves
En las familias adoptivas emergen una serie de temas claves relacionados con la adopción, que pueden precisar de un apoyo profesional postadoptivo. Estos temas nos invitan a colaborar junto con los padres y con los menores para responder a las necesidades que las familias identifican y comparten con nosotros. Estas necesidades van evolucionando a lo largo del tiempo, lo cual hace que se planteen distintos retos, distintos temas clave, en las diferentes etapas de la vida familiar.
1. Fortalecer nuestro proyecto adoptivo.
Nuestro proyecto adoptivo no es una cuestión exclusiva de padres e hijos/as. Las familias formamos parte de una red de relaciones familiares: abuelos, tíos, primos, pueden jugar un papel decisivo en cada proyecto de adopción, pues ellos también adoptan a un nieto o a un sobrino. En muchas ocasiones, los padres adoptivos somos conscientes de que a ciertos familiares hay cuestiones que les sorprenden. Así, si bien fortalecer nuestro proyecto adoptivo implica a toda la familia en el amplio sentido, sucede que son los padres adoptivos los que se preparan durante años, para hacer realidad su paternidad. Por ello el comprender las circunstancias de vida de los niños/as se convierte en un foco de posibilidades a preparar en cada familia.
2. Manejarnos con las emociones.
Las necesidades emocionales de los menores que han pasado por diferentes medidas de protección se convierten en un tema crucial a abordar. Es muy importante que los padres adoptivos comprendamos las repercusiones afectivas y comportamentales que tienen las posibles experiencias traumáticas vividas en edades temprana, para ajustarnos y comprender de manera más adecuada la realidad y necesidades emocionales de nuestros hijos/as.
3. Construir vínculos.
Los vínculos entre padres e hijos/as pueden fortalecerse desde cualquier punto de partida en el que nos encontremos. Construir una sólida relación con ellos implica diferentes momentos que pasan por la fragilidad, por los pasos atrás, por los pasos adelante, por la felicidad o por bloqueos en las relaciones. Para muchos niños/as confiar en los adultos supone un esfuerzo porque una parte de ellos les dice que no se debe acercar mucho a alguien, y otra parte de ellos, les dice que eso será bueno. El proceso de acercarse y retirarse acompaña al proceso de los padres de estar disponibles y dejar espacio individual en la danza de construcción de los vínculos. Muchos padres adoptivos han oído hablar de la “luna de miel”. Lo que pasa antes, durante y después de este momento también les importa en la construcción de una seguridad básica para afrontar la vida. Mi niño está en casa, y luego, ¿qué?
4. Historia de vida.
Los niños y niñas necesitan un relato autobiográfico que dé sentido a sus experiencias, por ello, es importante ayudarles a elaborar un relato claro y coherente de su pasado que le ayude a definir mejor quienes son. Los menores necesitan comprender e integrar sus orígenes y su historia adoptiva en su identidad, ligando pasado, presente y futuro. Todo esto hace que se fortalezcan frente a las adversidades vividas y responder a las dudas que les pueden surgir a medida que va creciendo su capacidad de comprensión.
5. Cuando quiero saber más de mi historia.
A menudo crecer implica ampliar la curiosidad sobre preguntas claves de la adopción como: ¿Qué le pasó a los padres biológicos? ¿Tendré hermanos? ¿Por qué me dejaron? Por ello, puede ser necesario volver a consultar diferentes fuentes de información documentada para poder responder a todas esas inquietudes. Pero igualmente revisar las historias y metáforas con las que crecen: la historia con la que los niños crecen, la historia que comparten con sus seres queridos, la historia que imaginan pero sólo dejan ver pinceladas, la historia que les llega de su entorno escolar. ¿Cuándo caduca la historia de “naciste del corazón”? ¿Cuánto pesa “la historia de la mochila” con la que vino? ¿Cuándo nos da quebraderos de cabeza el puzzle de su historia? Tan importante es saber contar el qué y el cómo, que se dan la mano en las conversaciones sobre “mi historia”, “tú historia”, “nuestra historia”.
6. Pérdidas vinculadas a la adopción.
La adopción es una solución para que niños y niñas puedan crecer en familia. Obviamente, esto es una ganancia que amplía sus horizontes, ya que el menor tiene la oportunidad de crecer en un entorno familiar donde se siente querido, cuidado y protegido. Pero igualmente, la adopción implica una serie de pérdidas (cuidadores de referencia, amigos, cultura, idioma….) que se pueden vivir como duelos, ya que la separación es algo inherente a este proceso. Las experiencias adversas tempranas y estas pérdidas conllevan un impacto emocional. Por ello es necesario por un lado, que los padres adoptivos estemos orientados para que podamos comprender mejor esta realidad y por otro que los hijos/as se sientan acompañados para comprender todo lo que la adopción implica, respetando su momento evolutivo, ya que será relevante en la construcción de su identidad.
7. Comportamientos complicados
“¿Cómo puede olvidar siempre la agenda escolar?”, “¿Cómo puede ser tan explosivamente rabioso?”, “¿Por qué es tan imprevisible en sus ausencias?”, “¿Por qué me pide volver a ser un bebé con 9 años?”, “Si ya lleva un año en casa, ¿Cómo se asusta cuando nos vamos de casa de unos amigos a comer”. “Está todo el día diciéndome que me quiere mucho, tan pegajosa…”.
En muchas ocasiones, los comportamientos de nuestros hijos e hijas obedecen a dificultades que desbordan sus capacidades de control, y a veces, las nuestras. Ayudar a comprender y reconducir sus comportamientos resulta imprescindible para que la familia avance.
8. Del cole nos llegan preocupaciones.
Es normal que el colegio sea el entorno donde se encienden las “señales” de alarma que nos obligan a afrontar algunos de los retos asociados a la adopción, haciéndose visible desfases en áreas relacionadas con la adquisición de los aprendizajes y a la adaptación e integración en el entorno social que supone la escuela. Estas dificultades centran en ocasiones la vida familiar, convirtiéndose en situaciones muy negativas para los menores. En este sentido, es necesario que los padres comprendamos el origen de este desfase y podamos manejarnos con la realidad de nuestros hijos/as. El diálogo con el colegio se convierte en la primera tarea para afrontar esas “señales”.
9. Comunicación entorno a la adopción.
La apertura comunicativa dentro y fuera de la familia la podemos considerar uno de los retos de las familias que adoptan. Pero como todo, la apertura es una cuestión de grados. Dialogar, escuchar y adaptarnos a su lenguaje forma parte del “reto” de ayudar a nuestros hijos/as a abrirse a la comprensión de su propia historia.
La biografía de nuestros hijos/as puede tener diferentes episodios complejos de conversar, pero si un niño/a es lo suficientemente maduro para hacer preguntas, es lo suficientemente maduro para recibir respuestas adecuadas decía Robert Neimeyer. La apertura comunicativa dentro y fuera de un niño es un reto con el que desarrollar una sana autoestima.
10. Esto nos está desbordando.
La acumulación de dificultades pueden bloquear la vida familiar y dejarnos agotados impidiendo que podamos analizar las situaciones y ver con claridad posibles soluciones. La conducta problemática que los menores pueden manifestar nos puede provocar una gran inquietud en los padres que nos podemos sentir impotentes ante dichas conductas, porque las estrategias que ponemos en marcha no consiguen modificar o reconducir esos comportamientos. Por ello es importante para los padres adoptivos, poder recibir apoyo, pautas y estrategias en consonancia con la realidad y necesidades particulares de nuestros hijos, pues partiendo de su “realidad”, podremos ayudarle.
11. El contacto con la familia biológica.
Vivimos en tiempos en los que las nuevas tecnologías nos invitan a vivir permanentemente conectados. Estos nuevos usos sociales y relacionales transforman la tradicional manera de concebir la adopción. Los adoptados/as pueden necesitar (o no) buscar, contactar, relacionarse o conocer a personas significativas de su familia biológica. O pueden necesitar contactar con parte de su historia. Contactar o no contactar con personas significativas de la familia biológica se convierte en un dilema que resolver a medida que los hijos se preguntan sobre su propia historia e imaginan como viven personas con las que no tienen contacto. Por ello es importante que los adoptados/as se sientan acompañados y guiados para responder adecuadamente a cada una de sus necesidades en sus procesos de búsqueda.