
Apoyo profesional: ¿En qué puede ser útil el Servicio Postadopción?
Es muy importante que los padres/madres adoptivos vayan adquiriendo una comprensión sobre las experiencias adversas vividas en edades tempranas por sus hijos/as y sus consecuencias afectivas y comportamentales. Esto facilita que los padres/madres se ajusten e interpreten de manera más adecuada la realidad y necesidades emocionales de sus hijos/as.
Mi niño está en casa, y luego, ¿qué? Muchos padres adoptivos han oído hablar de la “luna de miel”. Lo que pasa antes, durante y después de este momento es relevante para la construcción de la seguridad en las relaciones.
Los vínculos entre padres/madres e hijos/as pueden fortalecerse desde cualquier punto de partida en el que nos encontremos.
Para muchos niños/as confiar en los adultos supone un esfuerzo porque no han tenido figuras de referencia estables, disponibles y predecibles.
Los niños/as y los adultos adoptados necesitan construir un relato autobiográfico sólido que integre sus experiencias. Por ello, es importante acompañarlos para que puedan elaborar una narración clara y coherente que dé sentido a su identidad.
Por otro lado, será necesario comprender e integrar sus orígenes e historia adoptiva en su identidad, ligando pasado, presente y futuro.
A medida que va creciendo, su capacidad de comprensión va aumentando a la par que su capacidad de hacerse preguntas. Este reto de madurez implica la necesidad de fortalecer su sentido de identidad.
Crecer implica abrirse a la curiosidad sobre preguntas claves de la adopción.
Por ello, puede ser necesario volver a consultar con las diferentes fuentes de información documentada para poder responder a todas esas inquietudes.
Al ir madurando se revisan las diferentes historias: la historia con la que los niños crecen, la historia que comparten con sus seres queridos, la historia que imaginan, la historia que les llega de su entorno escolar.
Tan importante es saber qué contar, cómo la manera de contarla: conversaciones sobre “mi historia”, “tu historia” o “nuestra historia”.
La adopción es una solución para que niños y niñas puedan crecer en familia. Es una ganancia que amplía sus horizontes, ya que el menor tiene la oportunidad de crecer en un entorno familiar donde se siente querido, cuidado y protegido.
Pero igualmente, la adopción implica una serie de pérdidas: cuidadores de referencia, compañeros, cultura, idioma, etc . El duelo es la respuesta a las diferentes pérdidas vividas.
El proceso de duelo tiene diferentes momentos emocionales. Por ello los padres adoptivos necesitarán orientación para comprender mejor esta compleja realidad.
Por su parte los hijos/as pueden precisar un acompañamiento para comprender lo que la adopción implica.
En muchas ocasiones, los comportamientos de los hijos e hijas desbordan sus capacidades de control, y a veces, desbordan la paciencia de sus padres y madres. Ayudar a reconducir y a comprender estos comportamientos resulta imprescindible para que la familia avance.
“Muchas veces explota de rabia y es muy difícil calmarle” | “Quiere ser un bebé… Pero ¡si tiene 9 años!” | “Si ya lleva un año en casa, ¿Por qué se asusta cuando nos vamos a comer a casa de unos amigos?” | “Está todo el día diciéndome que me quiere mucho, tan pegajosa…”.
“Otra vez se ha olvidado la agenda en el cole. Otra vez. La tutora nos ha llamado. Otra vez…..”
El colegio es el entorno donde se encienden las “alarmas” que nos obligan a afrontar algunos de los retos asociados a la adopción. Se hacen visibles desfases en áreas relacionadas con la adquisición de los aprendizajes o la relación con sus compañeros.
Estas dificultades pueden centrar la vida familiar, convirtiéndose en situaciones muy estresantes para los menores y sus padres. En este sentido, es necesario que éstos comprendan el origen de este desfase y puedan manejarse con la realidad de sus hijos/as.
La comunicación abierta, dentro y fuera de la familia, la consideramos uno de los retos principales. Pero como todo, esta apertura es una cuestión de grados. Dialogar, escuchar y adaptarnos al nivel madurativo del niño/a, es vital para ayudarlos a abrirse a la comprensión de su propia historia.
La biografía de nuestros hijos/as puede tener diferentes episodios complejos pero “si un niño/a es lo suficientemente maduro para hacer preguntas, es lo suficientemente maduro para recibir respuestas adecuadas” decía Robert Neimeyer.
La acumulación de dificultades pueden bloquear la vida familiar y dejarnos agotados impidiendo que podamos analizar las situaciones y ver con claridad posibles soluciones.
La conducta problemática de los menores suele provocar una gran inquietud en los padres/madres que se sienten impotentes. Las respuestas que ponen en marcha no consiguen modificar o reconducir esos comportamientos.
Por ello, es importante tener un espacio de apoyo, para crear pautas y estrategias en consonancia a la realidad de los hijos/as.
Vivimos en tiempos en los que las nuevas tecnologías nos invitan a vivir permanentemente conectados. Estos nuevos usos sociales y relacionales transforman la tradicional manera de concebir la adopción.
Los adoptados/as pueden necesitar (o no) buscar, contactar, relacionarse o conocer a personas significativas de su familia biológica. O pueden necesitar contactar con parte de su historia.
Contactar o no contactar con personas significativas de la familia biológica se convierte en un dilema: Los hijos/as se preguntan sobre su propia historia o imaginan cómo está la familia biológica.
De este modo, es importante que los adoptados/as se sientan acompañados para responder adecuadamente las necesidades de su proceso de búsqueda.
En muchas ocasiones, los padres adoptivos son conscientes de que algunas cuestiones sorprenden a otros familiares cercanos. Los padres adoptivos se preparan durante años para hacer realidad su paternidad, sin embargo otros familiares no.
El proyecto adoptivo no es una cuestión exclusiva de padres e hijos/as. Las familias forman parte de una red de relaciones familiares: abuelos, tíos, primos, etc. que pueden jugar un papel decisivo. Ellos también adoptan a un nieto o a un sobrino. Así, la adopción implica a toda la familia en un amplio sentido.
Es importante para fortalecer el proyecto familiar afrontar cuestiones como: el sentido de pertenencia familiar, el lugar que los menores dan a su familia biológica o qué impacto tiene la historia previa de su hijo/a.